

Bienvenidos a este segundo episodio. Les saluda nuevamente la Dra. Ana Seubert y en esta ocasión me acompaña el Mtro. Oriol Remolina, especialista en Terapia cognitivo- conductual. Hoy vamos a hacer un ejercicio para mejorar el estado de ánimo y controlar las emociones ante la pandemia COVID-19, pues recordemos que los cambios emocionales son más comunes en personas que viven con Parkinson y que pueden detonarse en tiempos de pandemia.
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Recordemos que la sesión pasada hablamos sobre el Mindfulness como estrategia para relajarnos, la cual generó bastante interés y algunas inquietudes, por lo tanto, me gustaría que Oriol nos hable un poco más del tema y nos ayude a hacer un pequeño ejercicio.
¿QUÉ ES Y CÓMO LLEVAR A CABO LA PRÁCTICA DE MINDFULNESS?
Hola Anna, muchas gracias por invitarme a estar aquí. Mindfulness es una práctica ancestral que podemos aprovechar en nuestro día a día para fomentar el bienestar.
En pocas palabras, mindfulness es el control consciente de la atención, enfocándonos en el presente: Sensaciones, emociones, información que proviene de nuestros sentidos sin hacer un juicio al respecto, simplemente observando.
Es normal que en la vida cotidiana estemos en un estado de piloto automático, planificando el futuro, reviviendo el pasado, sin darnos cuenta de lo que pasa en nuestro presente.
Muchas veces no disfrutamos el momento por estar preocupados por el futuro o lamentándonos por el pasado. En otras ocasiones estamos enfocados en el presente, pero pensando en cómo podría ser diferente si debería ser más de cierta manera o menos de cierta otra. Durante la práctica de mindfulness queremos observar sin juzgar.
Seguro les ha interesado poder practicar esta estrategia, para ello recuerden intentar prestar atención al momento presente y de manera intencional, y muy importante, sin juzgarse a sí mismos. Ahora me permito darle la palabra a mi colega Oriol Remolina quien nos guiará en un pequeño ejercicio de respiración y mindfulness.
Al iniciar la práctica de mindfulness, hay que ser pacientes y amables con nosotros mismos. Hay que recordar que esto es algo nuevo para la mayoría de nosotros.
Cuando explico el mindfulness a mis pacientes, me gusta presentarles la analogía del cachorro…Imagina que tienes un cachorro que quieres entrenar para que se quede sentado en un lugar. Lo normal es que el cachorro corra de un lado a otro, persiguiendo lo que le parezca más interesante en el momento.
Asimismo, tu atención está acostumbrada a cambiar de un lado a otro, enfocándose en lo que sea más interesante en ese momento. Así como tú entrenarías a un cachorro con paciencia y con amabilidad, recordándole las veces que sea necesario que tiene que estar en su sitio.
Es importante que cuando te des cuenta de que tu atención no está divagando durante la práctica mindfulness, te recuerdes a ti mismo, con paciencia y amabilidad, dónde quieres poner tu atención.
Uno de los ejercicios de mindfulness más sencillos, es la respiración consciente.
Para iniciar vamos a sentarnos cómodamente con la espalda recta y vamos a apoyar las manos sobre las piernas. Si te es cómodo, también puedes cerrar los ojos.
Vamos a enfocar nuestra extensión en la respiración.
Inhalamos y exhalamos, inhalamos y exhalamos.
Enfócate en la sensación del aire entrando por tu nariz y llenando tus pulmones. Si llegan pensamientos, emociones, sensaciones físicas o sonidos externos, simplemente acéptalas sin juzgar ni engancharte. ¡Simplemente déjalos pasar y regresa tu atención a la respiración!
Inhalamos y exhalamos, inhalamos y exhalamos.
Y si en algún momento te das cuenta de que tu atención ha divagado, simplemente recuerda que quieres poner tu atención en la respiración. Deja ir ese pensamiento y regresa al enfoque.
Inhalamos y exhalamos, inhalamos y exhalamos.
Poco a poco vamos abriendo los ojos y terminando el ejercicio.
Espero que todos se sientan más tranquilos y relajados después del ejercicio. Recuerden que aprender a respirar centrándonos en el momento presente y sin engancharnos con nuestro pensamiento es algo que toma práctica.
Sean pacientes consigo mismos. Y recuerden, el objetivo no es no pensar, sino más bien concentrarse en el presente y dejar pasar cualquier otro pensamiento que llegue a su mente mientras respiran lento y profundo.
Les recomendamos hacer este ejercicio todos los días, comiencen haciéndolo 3 o 4 minutos y vayan incrementando el tiempo de meditación conforme se sientan más cómodos. De esta manera, les será más fácil poner el mindfulness en práctica cuando sientan que lo necesitan.
Muchas gracias por conectarse. Agradezco también al maestro Oriol Remolina por haberme acompañado en este episodio. Esperemos que estos consejos sean de utilidad y los puedan poner en práctica. ¡Nos encontramos en una próxima oportunidad donde te hablaremos de la importancia que tiene continuar con tu tratamiento!
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