En estas circunstancias de pandemia por COVID-19 los integrantes de la Sección de Movimientos Anormales y Parkinson y de Neurocirugía funcional del Hospital Italiano de Buenos deseamos estar cerca de nuestros pacientes y de sus familias. Si bien se debe entender que nuestro conocimiento sobre esta enfermedad viral aun está en desarrollo, hemos preparado la siguiente información que puede ayudar con muchas de las dudas y preguntas que pueden surgir en estos momentos de incertidumbre.
La pandemia de COVID-19
La actual pandemia de coronavirus 2019 (COVID-19) está causada por un virus de reciente circulación entre humanos, el SARS-CoV-2 (Severe Acute Respiratory Syndrome Coronavirus 2). La infectividad de este virus es alta comparada con la de la influenza común.
Este virus infecta las células de los alvéolos pulmonares causando daño difuso, edema e inflamación que pueden producir un trastorno ventilatorio llamado síndrome de distres respiratorio del adulto.
La enfermedad puede ser asintomática o leve en niños o adultos jóvenes. La severidad suele incrementarse con la edad.
Los síntomas se pueden desarrollar entre 2 y 14 días después de haberse contraído la infección, con un promedio de 4-5 días.
La presentación clínica puede ser similar a la de una influenza con fatiga, fiebre y tos no productiva. Existen otras presentaciones menos frecuentes como diarrea, nauseas, cefalea y pérdida del gusto y el olfato.
La mayoría de los pacientes (aproximadamente un 80%) experimentan una forma leve de la enfermedad y se recuperan sin complicaciones. Sin embargo, las formas más severas requerirán internación en terapia intensiva (5% de los pacientes testeados).
Dentro de los factores de riesgo para presentar formas más severas de la enfermedad se destaca la edad, incrementándose el riesgo a partir de los 50 años. Otras condiciones pueden servir de agravantes, por ejemplo la hipertensión, la diabetes, las enfermedades cardio o cerebrovasculares, o la inmunosupresión.
Se ha utilizado y se están estudiando numerosos tratamientos pero hasta el momento ninguno ha probado ser de eficacia universal. Del mismo modo, se están haciendo grandes esfuerzos a nivel mundial para encontrar una vacuna efectiva.
Manifestaciones neurológicas de COVID-19
Se sabe que el SARS-CoV-2 puede afectar el sistema nervioso de diferentes modos. La manifestación principal es la afectación del gusto y del olfato. La cefalea también puede estar presente.
Se han reportado otras complicaciones menos frecuentes como encefalitis, accidentes cerebrovasculares o compromiso del sistema nervioso periférico.
Es demasiado pronto, aun, para saber si la exposición al SARS-CoV-2 puede producir complicaciones neurológicas a largo plazo. Aunque hasta el momento no se ha reportado ninguna de este tipo.
¿Los pacientes que sufren de Enfermedad de Parkinson son particularmente vulnerables a la pandemia de COVID-19?
Aun es muy temprano para saber si la pandemia de COVID-19 va a tener un impacto a largo plazo en pacientes con Enfermedad de Parkinson.
El Parkinson afecta mayormente a adultos mayores y esa también es la población con mayor riesgo de sufrir formas más severas de la enfermedad por SARS-CoV-2.
No hay evidencia aun que demuestre que la enfermedad de Parkinson por sí misma incremente el riesgo de COVID-19.
La experiencia del norte de Italia, una de las regiones del mundo más afectada por COVID-19, aparentemente no evidencia que los pacientes con Parkinson estén en un riesgo mayor que el resto de la población de la misma edad. Según algunos estudios la tasa de mortalidad en estos pacientes no parece ser mayor aunque las internaciones sí pueden ser más prolongadas.
Si bien en el paciente con enfermedad de Parkinson su sistema inmune funciona igual que el de la población sana, debe tenerse en cuenta que los pacientes con cualquier enfermedad neurológica crónica –y el Parkinson lo es– suelen ser más susceptibles a los efectos de todo tipo de infecciones, en particular cuando son severas como las pulmonares.
Sabemos que los pacientes con Parkinson internados por cualquier causa, no solo por COVID-19, tienen mayor riesgo de complicaciones (confusiones, caídas, infecciones, etc.) que otros pacientes de su misma edad, por lo tanto, las estrategias para tratar de prevenirlas son esenciales.
El rol de la telemedicina durante la pandemia de COVID-19
Los pacientes con Parkinson habitualmente concurren en forma periódica al hospital para ser evaluados por neurólogos especialistas en enfermedad de Parkinson. Sin embargo, las visitas al hospital deben ser evitadas en lo posible durante este periodo.
Por suerte, la telemedicina es una herramienta útil y que resulta efectiva –según se ha demostrado– para valorar la evolución de los pacientes con Parkinson. La telemedicina permite dialogar cara a cara con los pacientes e incluso visualizar parte del examen físico. La mayoría de las manifestaciones principales de la enfermedad pueden ser valoradas a través de este medio. Aun más, puede servir para evaluar al paciente en su lugar de vida habitual, junto a su familia, algo que no se pueda hacer en una consulta hospitalaria rutinaria.
Por tal motivo, todas las consultas presenciales agendadas en nuestro hospital han sido transformadas en teleconsultas. El Hospital Italiano cuenta con una plataforma muy útil a la cual se puede acceder a través del “Portal personal de salud” de su página web:
Allí existen tutoriales que explican qué requerimientos técnicos se precisan y cómo llevar esa consulta a la práctica.
De todos modos, comprendemos que el acceso a cierta tecnología, aun cuando no sea excesivamente compleja, no es factible para muchos pacientes y sus familias. En ese caso los médicos procuraran aliviar sus consultas por otros medios disponibles (correo electrónico, mensajería a través de la historia clínica, consultas telefónicas).
Potencial efecto del acceso a la medicación para el Parkinson durante la pandemia
Hasta el momento no se han reportado alteraciones en la fabricación, el transporte o la cadena de abastecimiento de los principales fármacos utilizados para combatir el Parkinson. Sin embargo, esta situación debe ser monitoreada y requiere ante algún faltante el paciente se comunique con su médico neurólogo para determinar un plan alternativo.
Medidas generales de cuidados que son aplicables a los pacientes con Parkinson
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Lavarse las manos frecuentemente con agua y Jabón durante más de 20 segundos.
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En los espacios públicos usar alcohol en gel.
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Mantener el distanciamiento social. No salir, en todo lo posible, de su hogar. Hablar con otra persona a una distancia de 1,5 a 2 m.
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Evitar tocarse la cara sin lavarse las manos.
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Estar abastecido con lo esencial. Antes de salir a hacer las compras, tratar de verificar las necesidades y faltantes para poder hacerlo una vez por semana.
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Utilizar cubre boca para salir a la calle y en espacios públicos.
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En mayores de 65 años vacunarse contra la gripe y eventualmente contra el neumococo de acuerdo a indicación de su clínico.
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Evitar de concurrir a centros de salud a menos que se trate de una emergencia.
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No tomar medicamentos que no hayan sido recetados por un profesional.
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Chequee sus medicamentos y procure tener una provisión para varios meses previniendo que llegara a existir algún problema logístico de distribución o con los laboratorios fabricantes.
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Mantenga una rutina de ejercicios habituales.
Conclusiones
Hasta el momento, padecer enfermedad de Parkinson no representa, por sí mismo, un factor de riesgo específicamente negativo para la evolución de los pacientes afectados por COVID-19.
La estrategia médica de seguridad para los pacientes con Parkinson, por lo tanto, es similar que para el resto de la población adulta. Se basa en las reglas emitidas por las autoridades sanitarias pertinentes y son las referentes a evitar contagios, como el asilamiento y distanciamiento social.
Recomendaciones para pacientes con Parkinson y otros trastornos del movimiento
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Los pacientes con Parkinson deben seguir de manera estricta todas las medidas de distanciamiento social actualmente en curso.
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Debido a que los hospitales pueden ser fuentes de infección los pacientes deben evitar o posponer internaciones que no se deban a una emergencia.
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Por este motivo, las cirugías y las evaluaciones intrahospitalarias para una eventual cirugía de Parkinson deben ser pospuestas momentáneamente.
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Las visitas ambulatorias deben ser sustituidas por todas las medidas disponibles de consultas a distancia como telemedicina, mensajería y consultas telefónicas.
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Las consultas presenciales solo deben efectuarse ante una emergencia o cuando las condiciones clínicas o técnicas lo requieran, como por ejemplo por mal función de los dispositivos de estimulación cerebral, agotamiento de las baterías o rellenar bombas de infusión.
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Lo mismo ocurre con otras terapias invasivas como infiltraciones con toxina botulínicas. Su necesidad y el momento oportuno de su aplicación deben ser cuidadosamente evaluados en cada caso particular.
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Como la cuarentena puede interferir para que los pacientes con Parkinson puedan acceder a su rutina habitual de ejercicio físico o caminatas, se sugiere reemplazarla por rutinas de ejercicios dentro del hogar. Es sumamente importante hacer el esfuerzo por mantener cierto nivel de actividad física.
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En caso de que un paciente con Parkinson se infecte con COVID-19 debe continuar con el tratamiento de base para su enfermedad y, de ser necesario, adecuarlo según indicación médica.
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Lleve consigo una nota que explique que sufre Parkinson y una hoja impresa con el tratamiento por si es hospitalizado y debe permanecer aislado. Para ello escriba de la forma más clara posible la medicación que utiliza habitualmente, la dosis y los horarios de las tomas.
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En caso de dudas generales sobre la pandemia por COVID-19 recomendamos a los pacientes que consulten los sitios web de las autoridades sanitarias locales y el de la Organización Mundial de la Salud (https://www.who.int/es).
Nota: Estas recomendaciones están basadas en distintas publicaciones de la International Parkinson´s Disease and Movement Disorders Society, entre otras: Stella M. Papa, y colegas, Impact of the COVID-19 pandemic on Parkinson’s disease and movement disorders. doi: 10.1002/mdc3.12953.